Antes de los Turcos, los Romanos, los Bizantinos y la gente nómada de la región tenían sus propios rituales de baño. Aquellas tradiciones crearon un nuevo concepto que los Europeos lo llamaron "El Baño Turco".
Los baños turcos fueron una continuación de los baños romanos que persistieron en la cultura oriental y se popularizaron sobre todo con el Imperio Otomano. A los europeos que visitaron estos países les gustaron los baños turcos y los "llevaron" a Europa donde se popularizaron.
Los baños turcos fueron introducidos en las Islas Británicas por David Urquhart, diplomático y, ocasionalmente, miembro del Parlamento de Stafford, quien por razones políticas y personales deseaba popularizar la cultura turca. En 1850 escribió The Pillars of Hercules, un libro sobre sus viajes a España y Marruecos durante 1848, en el cual describe el sistema de calentamiento del aire de los baños usados allí, y en el Imperio otomano, los que habían sido muy populares en la época romana con ligeros cambios.
Los baños Turcos o hamams como dice la gente local no solamente sirvieron para limpiar el cuerpo o la piel, eran también el sitio de encuentro social. Antiguamente las mujeres del harén del palacio iban a los baños acompañados por sus sirvientes en una gran ceremonia haciendo gala de sus toallas bordadas, zapatillas incrustadas de nácar y pasaban horas y horas relajadas en la sala caliente. Era el lugar adecuado donde las mujeres mayores buscaban las posibles novias para sus hijos. La parafernalia de baño turco, " El pestemal " una tela que cubre el cuerpo del bañista. " Takunya ", zapatillas de madera que se usan en los baños, han sido sustituidos por las zapatillas de plástico. "Tarak kutusu", una caja de cobre o de oro en que se guardaban el jabón, champú y otro tipo de cosas que tiene que ver con el baño. " Tas ", palangana de cobre para bañarse. Algunos de estos elementos ya no se usan, pero los demás incluso se puede comprar en los bazares.
El baño turco o hammam se sirve del calor para producir beneficios en el cuerpo, pero en este caso el calor suministrado es a través de calor húmedo, con vapor de agua.
La temperatura es inferior a la sauna seca, oscilando entre 25-50 grados según la altura, y la humedad relativa del 99%, con lo que el ambiente está saturado de vapor de agua e impide el proceso de sudoración, por tanto en el baño turco se suda menos que en el sauna.
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